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«Hacia el 2030», el proyecto de Sergio Markarian para la selección uruguaya

El entrenador Sergio Markarian, socio de AUDEF, elaboró un proyecto denominado «Hacia el 2030» que presentará al próximo director deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUDEF) con el único interés de colaborar para que la selección uruguaya realice un proceso de ocho años que la depositen en la final de la Copa del Mundo 2030, en la edición del Centenario de la primera, que se desarrolló en Montevideo.

Sergio Markarian en la presentación del quinto libro de Ariel Longo, presidente de AUDEF

«El proyecto tiene que ver con reconocer la importancia que tiene para Uruguay el Mundial de 1930 y si queremos tener algún tipo de protagonismo no hay duda que debemos empezar a trabajar con tiempo, a partir de una planificación estratégica bien hecha, con contenido que tiene que ver con los objetivos, con las estrategias de conformación de planteles, de entrenamientos, de preparación, de experiencia, e ir conformando un gran equipo con el liderazgo que se necesita para llegar a ese Mundial tan emblemático para nosotros en las mejores condiciones», expresó Markarian en el programa Deportes 930 de radio Montecarlo.

Agregó que «la historia y la actual relación de fuerzas en el fútbol mundial nos permiten afirmar con propiedad que somos una fuerza considerada entre las mejores. El lugar 17 que hoy nos da la FIFA no nos tiene que desalentar, estuvimos por muchos años, casi una década, metidos entre los 10 mejores y eso hace pensar que tenemos en la historia y en el poderío la capacidad de hacer cosas importantes».

Como fortalezas, Uruguay posee «la producción de jugadores de alto rendimiento, la historia, un proceso de selección que fue muy serio y que nos deja en la misma línea para el futuro. También, territorio y población que favorece la implementación de planes que pueden optimizar el trabajo y las posibilidades que tenemos».

En cuanto a debilidades, Uruguay también las tiene: «Un fútbol interno poco competitivo, economía de clubes deficitaria, luchas internas de poder, inestabilidad de planteles y cuerpos técnicos que no nos favorecen», indicó Markarian.

Dos preguntas

El entrenador se hace las siguientes preguntas: ¿Podemos aspirar a más?, ¿Qué podemos hacer para optimizar nuestas posibilidades».

Para que la selección uruguaya llegue al Mundial de 2030 bien preparada necesita «el máximo esfuerzo de planificación, de gestión y de ejecución. Competir en condiciones de ser protagonistas debe concluir en un montón de factores, pero hay dos que son fundamentales: llegar bien preparados y que el contexto circunstancial de poderío en el mundo nos sea favorable».

Como ejemplo, recordó Markarian que el contexto del último Mundial de Rusia 2018 «fue absolutamente favorable para que Uruguay fuera protagonista. El desarrollo del campeonato nos puso en mejor situación porque en cuartos de final desaparecieron cuatro de nuestros rivales más peligrosos: Alemania, España, Argentina y Brasil», sin embargo, «Uruguay demostró que faltaron cosas para poder llegar a la final y ganarla, pero las circunstancias estaban dadas».

Markarian dirigiendo a la selección de Perú

La propuesta de Markarian, sin ninguna aspiración personal, subrayó, es «un plan estratégico expresado en una línea de tiempo que va desde 2022 a 2030 y que considera etapas de control y pequeñas metas: la sub 20 que se jugará en 2023, los Juegos Olímpicos que se jugarán en 2024, la clasificatoria para el próximo Mundial, el propio Mundial de 2026 y después otro Sub 20 y Juegos Olímpicos».

Indicó que «la participación con ánimo de ser verdaderos protagonistas tiene que ser casi como una política de Estado: darle la importancia que se merece al próximo Sub 20, clasificar a los Juegos Olímpicos, jugar y darle experiencia en los Juegos Olímpicos a generaciones que en el Mundial van a estar en una edad ideal y hacer lo mismo con el siguiente Mundial».

Esa línea de tiempo tiene estrategias de conformación de plantel, de carácter deportivo, de inversión y plan de control, detalló el entrenador.

Idea general del proyecto

  • La idea es empezar a trabajar en 2022 con jugadores mejores de 21 años, con un régimen a partir de marzo y abril en microciclos semanales de tres días; mayo y junio se incrementan dos microciclos mensuales y un primer amistoso internacional con una selección mayor sudamericana.
  • El segundo semestre se repite este mesociclo que debe tener un especial seguimiento y colaboración con la Sub 19 que jugará el certamen Conmebol de la categoría en la búsqueda de clasificar a los Juegos Olímpicos de 2024.
  • Recalca Markarian que es «sumamente importante darle prioridad a estos dos certamenes».
  • Durante 2025 ese mismo equipo debe jugar al menos dos amistosos internacionales, ya será una selección absoluta con jugadores menores de 25 años.
  • En 2025 se iniciará una segunda etapa similar porque es el proceso que nos puede llevar a jugar los Juegos Olímpicos de 2028. Los jugadores de la primera etapa con la natural decantación, van a estar ya integrados a la selección absoluta, seguramente serán unos pocos, pero las experiencias sumadas de dos eventuales participaciones en Juegos Olímpicos nos tiene que dar un nivel y categoría que nos puede convertir en un equipo fuerte.

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