El libro «A las nuevas generaciones: hay oro escondido» de Ariel Longo, se exhibe en el Museo del Fútbol Sudamericano de la Conmebol, ubicado en la ciudad de Luque, Paraguay.
La distinción se debe a que se trata de un «gran aporte al fútbol».
Se trata de la segunda obra de Longo que se presenta en el Museo de Conmebol y el quinto libro escrito por el actual presidente de la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (AUDEF).
El lanzamiento se celebró en octubre en la sala de asambleas de la Asociación Uruguaya de Fútbol con la presencia de dos integrantes del Comité Ejecutivo de la AUF: el presidente Ignacio Alonso y Jorge Casales, ya que la obra fue declarada de valor histórico por la Asociación.
«Nace un hijo de 31 años porque todos los datos fueron recopilados a lo largo de ese tiempo», dijo el autor durante la presentación.
Ariel Longo
Longo, que dirige a la selección uruguaya de fútbol femenino, destacó que al recorrer las páginas del libro el lector se sentirá más «adentro de un vestuario que en una biblioteca» porque recoge miles de anécdotas de entrenadores y sus conquistas.
Agregó que «solo un entrenador puede sentir lo que sienten los entrenadores en el extranjero, exitosos y no exitosos. Hay muchos anónimos en este país, héroes en otros países e ignorados acá porque nunca más volvieron o estuvieron en países extraños, entrenadores que nunca más volvieron o que volvieron y se tuvieron que ir de vuelta», manifestó.
Y todo eso es lo que trató de reflejar en la obra, dedicada especialmente a las nuevas generaciones.
El autor adelantó que «en este libro se cuenta quién hizo marca al hombre en el año 1939, quién hacía prácticas a puertas cerradas en el año 1930, se cuentan trueques insólitos de un entrenador uruguayo por un jugador, o la transferencia de un futbolista a cambio de 50 bolsas de café porque no había dinero».
Longo se encargó de recalcar que su pretensión fue destacar la figura del entrenador: «Recordar que al mismo tiempo que en España era campeón Enrique Fernández con Real Madrid, en Italia lo era Héctor Puricelli con el Milan, los dos uruguayos».