Institución

Nuestra SEDE en el Estadio Centenario

Historia de AUDEF

Publicada en  por AUDEF

Uruguay arrastraba la frustración de no haberse consagrado campeón del Mundo desde 1950 en Maracaná. Y era frustración porque nos habíamos creído que “los uruguayos nacieron para ser campeones”, aquella célebre sentencia de un periodista chileno en 1950. El haber sido campeón mundial en forma consecutiva cada vez que interveníamos en la máxima competición del fútbol, desde 1924 hasta 1950, parecía avalar dicha sentencia.

La llegada de Juan Alberto Schiaffino de Italia en 1962, después de haber brillado casi  como un maestro en el Milan (principalmente), trayendo de Europa los conocimientos adquiridos acerca de nuevos sistemas de entrenamientos y sistemas tácticos, facilitó su acercamiento con Corazo, y con el apoyo de otros deportistas se fue entendiendo necesario formar una asociación de entrenadores para un necesaria actualización de conocimientos acerca del fútbol.

Por otro lado, no estaba organizada la función de los directores técnicos, no había requisitos, cualquiera podía dirigir a un equipo. Esto también era diferente en Europa, donde los técnicos debían capacitarse mediante estudios y/o prácticas que demostraran su idoneidad para la función.

También existía en Uruguay un sistema anárquico y desigual acerca de los sueldos de los técnicos, la falta de respeto a los contratos, y todo un entorno que podríamos definir como de indefensión de los mismos ante las  Instituciones. Era necesario crear una Asociación, -tal como lo había sido en su momento la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales-, que hiciera respetar los derechos de los entrenadores.

Artículo aparecido en el diario El País con fecha 18 de diciembre de 1963

Se conoció que en la Argentina, un mes atrás, precisamente el 12 de noviembre de 1963, se había formado una incipiente Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino, de modo  que los futuros socios de nuestra entidad ya tendrían con quien dialogar y estudiar problemas que en gran parte eran comunes.

En tales circunstancias, en Montevideo, con fecha 16 de diciembre de 1963 fue convocada una Asamblea, compuesta por técnicos en actividad, jugadores veteranos y ex futbolistas, incluso campeones mundiales, tal como el  tricampeón Héctor Scarone. El lugar de la reunión fue el amplio salón del Círculo de Periodistas Deportivos del  Uruguay, que en la persona de su presidente Luis Esteva Ríos por varios años cedió sus instalaciones a AUDEF a partir de esa primera Asamblea.

En la citada Asamblea   fundacional, se expuso la imperiosa necesidad de agremiarse por parte de todos los entrenadores delfútbol del país. Se consideró fundamental la defensa y respeto de los  técnicos, de los contratos, de un sueldo base, etc.

Además, y fundamentalmente, procurar el perfeccionamiento técnico de los entrenadores lo que redundaría en el mejoramiento11 del nivel futbolístico. También se mencionó la realización de cursillos, conferencias, congresos, mesas redondas, instalación de una Biblioteca especializada. Se consideró que  debía ejercerse un control sobre el Curso de Entrenadores de Futbol que dictaba el ISEF, y otras temáticas que cada uno comunicó a los concurrentes.

Llegado el momento se  enfocó el tema hacia el nombramiento de una Comisión Provisoria, eligiéndose en primera instancia y para ese acto a un Presidente ad hoc, que recayó en la figura del Sr. Omás  Borrás. Inmediatamente se procedió a un cuarto intermedio y un cambio de ideas entre todos los presentes, aprobándose las siguientes mociones:

1.- Integrar una Comisión  provisoria compuesta por 11 miembros y 11 suplentes.

2.- Establecer que la Institución llevará el nombre de “Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (AUDEF).

3.- Que   será cometido de la Comisión provisoria Estatutos. proyectar los

4.- Que todo aquel entrenador que se afilie antes del 31 de diciembre de 1963 será considerado Socio Fundador. 

5.-Queda establecida la fecha de Fundación el día 16 de diciembre de 1963.

Ese día se pide un cuarto intermedio para proseguir la Asamblea con fecha 19 de diciembre con el  cometido principal de designar los cargos definitivos de la Comisión Provisoria que regirá en adelante a la AUDEF.

En principio se vota al presidente y vice.
Los cargos recaen por unanimidad en:

Presidente: Juan Carlos Corazo.

Vice- Presidente: Romeo Vázquez.

Los siguientes miembros  ejercerán los cargos según se dispuso:
Secretario: Omar Borrás.
Secretario de Actas: Henry Tejera
Tesorero: Juan A. Schiaffino
Pro-tesorero Mayor Rafael Milans
Secretario de  Prensa: Luis Esteva Rengger
Vocales: Carlos Silva Cabrera, José Etchegoyen, Víctor González y Emilio Torres.

También se designaron los 11 suplentes de la Comisión Directiva Provisoria:

Socios Fundadores: Alberto Benítez, Carlos Vigliola, Mirto Davoine, Emanuel Ghisellini, José Eduardo Picerno, Baltasar Lembo, Alejandro Medeiros, Carlos Portela,  Alberto Méndez, Agustin Sotés y Dardo Calleros.

Se nucleó a muchos ex jugadores, que fueron los fundadores de AUDEF, (en total fueron 67 los socios fundadores), incluso campeones del mundo varias veces, como el caso de  Héctor Scarone, también Roque Máspoli, y Julio César Britos, Juan Aguiar, Hugo Bagnulo, Vito Galeandro, Julio Maceiras, Rafael Milans, José Palesse, Roberto Porta, Dalton  Rosas Riolfo, Ondino Viera, Guido Bastarrica, Luis Borghini, José Ricardo de León, Washington Etchamendi, Juan Eduardo Hohberg, Julio San Vicente, Enrique Fernández, Vito  Galeandro, Juan Ranzone, etc. Están incluidos los miembros de la Comisión Directiva Provisoria y la Comisión de los 11 suplentes, los entrenadores que hubieran aprobado el  curso en ISEF en 1963, y los entrenadores que se asociaran antes del día 31 de diciembre de ese año.

Se establecieron reuniones semanales, los días lunes a las 19 horas,  costumbre que se mantiene hasta el presente, 50 añosdespués. Se reconocía que los objetivos fundamentales se centraban en el fomento del trabajo de los entrenadores, el mejoramiento técnico y cultural de los mismos, el mejoramiento del fútbol, para lo cual se realizarían cursillos de actualización, exposiciones, conferencias, congresos, intercambios internacionales, cursos, incluso en O.F.I. etc., tanto en aspectos técnicos como de entrenamiento.

Se estableció una relación con la Asociación de Técnicos Argentinos, y la norma   de que cada técnico que viajara al exterior realizara consultas y observaciones que resultaran de interés para luego ser expuestas en la Comisión. Posteriormente, también se tomó contacto con la gremial análoga de Chile, con el objetivo de intercambiar informaciones convenientes a ambas asociaciones. Otra iniciativa importante fue la de invitar a  Entrenadores extranjeros connotados para dar charlas a nuestros asociados.

Para proyectar el modelo de Estatutos se designó a los Sres. Juan C. Corazo, Omás Borrás, Víctor  González y Henry Tejera. Posteriormente se sumaría Carlos Silva Cabrera.

Fue importante que se hicieran categorías de socios, en los Estatutos, y que se instara a que todos  completaran el curso respectivo. En este sentido se coincidía con el interés de la propia Asociación Uruguaya de Fútbol, lo cual allanaba el camino de una buena receptividad  futura de nuestra Asociación en el máximo ámbito del Fútbol.

Corazo siempre preocupado de que los entrenadores hicieran el Curso, lo que consideraba condición indispensable,  a veces como yo era joven me preguntaba ¿Ud. hizo el Curso? , como si no pudiera creerlo, hasta que le llevé el Diploma correspondiente. Entonces se convenció y a partir de ese momento tuve la suerte de ser considerado un amigo por Corazo.

El texto de los diplomas en esos años autenticaba que la persona era Entrenador de Futbol, “por haber rendido  con aprobación los exámenes correspondientes y que lo habilita para ejercer su profesión en todo el territorio de la República Oriental del Uruguay”y está signado por 5 firmas de  Directores de Cursos y Presidente de la Comisión Nacional de Educación Física.

Tanto Corazo como el “Pepe”, nos reunían cada semana, pizarrón de por medio, o también  exhibiendo películas breves del fútbol que se practicaba en Italia. De aquí surgían explicaciones y charlas técnicas a los noveles entrenadores, acerca de sus amplios conocimientos sobre las tácticas, sistemas, variantes y transiciones, que se producían en los partidos de fútbol que analizaban.

Mientras se tramitaba el Estatuto, lo que no fue fácil ni rápido, se conversaba de diversos aspectos del fútbol, se contaban historias de partidos relevantes, se hacía un repaso de las polémicas que venían siendo habituales en el   fútbol uruguayo desde que dejó el cetro de campeón mundial, cuatro veces consecutivas, todo lo cual resultaba muy interesante y agradable de escuchar por boca de aquellos que  tenían la suficiente experiencia como para poder transmitir a los nuevos asociados, como nosotros, elementos valiosos que enriquecían nuestro conocimiento del deporte.

Había  personas que tenían la visión y serenidad para suavizar los problemas apenas se presentaban. Uno de ellos era Schiaffino. En una sesión se realizaron comentarios sobre duras  críticas que Carlos Solé había hecho a los técnicos de fútbol. Entonces se propusieron distintas medidas, tales como nombrar una delegación para hablar con él a efectos de que   se rectificara, hacer un fuerte comunicado de prensa, etc. Entonces Schiaffino tomó la palabra y expresó que: “Solé seguramente se ampararía en que su oficio de periodista le  permite decir su opinión libremente”. Entonces solo se decidió hacer un desmentido en la prensa sin llegar a situaciones enojosas.

Corazo también tomaba partido por soluciones  más pacíficas de las que a veces se proponían en las sesiones. Por ejemplo, había una norma ya establecida de antemano, que cada vez que saliera una delegación de futbol al  exterior, AUDEF enviara a 3 representantes a despedir al técnico y desearle buena suerte.

Pero hubo un hecho que provocó diferentes opiniones. Como es sabido el Mayor Milans  era miembro de la Comisión Directiva Provisoria con el cargo de Pro-Tesorero. En el mes de Diciembre, Milans concurrió a las primeras 3 reuniones, pero a la cuarta, realizada el 30 de diciembre no concurrió ni avisó. Tampoco concurrió en los meses siguientes, hasta  que se hizo público que había aceptado el cargo de Técnico de la Selección Uruguaya para una gira de un mes por Europa que comenzaba en el mes de abril de 1964. Nada  comunicó a la comisión de AUDEF.

Entonces Corazo plantea el problema de si corresponde ir a despedirlo como a otros técnicos en cumplimiento de lo dispuesto como norma general. Hay muchas posiciones,  incluso la de expulsar al socio, pero por fin entre Corazo y Borrás influyen para que se haga caso omiso de la falta de Milans y se concurra a despedirlo con la mayor naturalidad.  Así sucede, y aunque Milans estuvo bastante tiempo despues dirigiendo a la Selección siguió sin concurrir a Audef. Pasados unos años, se le hizo una visita y se le informó que si  se ponía al día con las cuotas atrasadas podía recuperar su lugar en nuestra Asociación. De ese modo se zanjó una situación en forma inteligente, ya que Milans contaba con la confianza de la AUF, y no era nada diplomático tomar medidas cuando la AUF estaba de por medio.

Algunas anécdotas vividas.

Tuvimos un acercamiento bastante frecuente con el presidente Nino Corazzo, a quien frecuentemente acompañábamos a su casa, en aquel momento un edificio ubicado en Cuñapirú y Garibaldi. Entre las conversaciones y  anécdotas que nos contaba, un día me dice en un tono algo reservado: “¿Sabe con quién está de novio mi hija?, con Pablito Forlán, el half de Peñarol, ¿Qué le parece?”

Lejos estaba Corazzo de presentir que en el 2010 tendría un nieto al que sería designado el mejor jugador del mundial de Sudáfrica. En algunos casos se verifica que la genética  reproduce las potenciales habilidades que son inherentes a ciertas actividades o deportes.

Siendo Máspoli Presidente de AUDEF, cuando nos reuníamos generalmente lo  escuchábamos porque le gustaba hablar de diversas incidencias del fútbol, en las cuales había participado.

Recuerdo que muy contento refería un partido de Peñarol y Nacional, siendo Máspoli técnico de Peñarol.

Sabía Máspoli que Nacional iba a disponer para la marcación de Ermindo Onega, al habilidoso y cerebral No 10 de Peñarol, al jugador Víctor Esparrago, un incansable volante de Nacional que estaba siempre cerca del juego, ya sea en su área, en el medio o en el área contraria. Además era muy disciplinado para   cumplir planteamientos tácticos.

Todos sabíamos en esa altura de la profesión, que si a un gran jugador se le coloca un marcador que lo anticipe, que lo marque hombre a hombre  permanentemente, que hasta lo moleste en sus movimientos, utilizando medios lícitos por supuesto, ese gran jugador va a ver muy disminuido su rendimiento (eso se observó cuando vino Pelé y cuando vino Garrincha en su mejor momento).

Entonces nos contó Máspoli que buscó un recurso táctico para impedir que Onega, el cerebro del equipo, fuera  destruido por una marcación seguramente férrea por parte de Espárrago. Sintéticamente le dijo esto a Onega: “cuando la delantera de Peñarol o él mismo perdían la pelota,  seguramente Espárrago acompañaría el avance de Nacional, incluso en el ataque, porque era un polifuncional. Entonces lo que haría Onega, sería colocarse en el punto de la  cancha más distante posible de Esparrago, de modo que en el contragolpe pudiera recibir la pelota sin la marca que le había asignado Nacional.

Pues bien, sucedió que en el  partido, cuando Espárrago, que ayudaba al ataque Tricolor, tenía que volver a marcar a Onega, lo encontraba a 50 o 60 metros completamente solo, entonces tenía que hacer unos piques formidables para alcanzarlo y ponerse en su marcación. Contaba Máspoli que después de cuatro o cinco de estos piques, Esparrago había  quedado exhausto.

Y sabemos que junto con la fatiga adviene cierta torpeza motriz y cierta desconcentración mental. Como resumen, Onega siguió jugando con la libertad que necesitaba para que   Peñarol pudiera ganar ese clásico.


Siendo Schiaffino uno de los ideólogos de la fundación de AUDEF, aprendimos a conocerlo en su forma tan particular de ser. Era sumamente  disciplinado, cuidadoso del dinero de la asociación, y poco a poco se fue haciendo más abierto a la comunicación con los demás. Recuerdo en una reunión que dijo textualmente:  “Los dos problemas que he tenido en toda mi vida han sido el pelo y el reloj”.

Evidentemente se refería a su pelo bastante rebelde, difícil de peinar, y al final lo estaba usando corto  para no complicarse. En los partidos que jugaba cuando estaba en Uruguay, recuerdo que siempre se peinaba cuidadosamente para el segundo tiempo, y seguramente que usaba  un fijador de pelo con algo de brillo, ya que usaba el pelo un tanto largo, y como decía él, era un problema a solucionar.

El otro era el del reloj. Esto significaba su extrema  puntualidad, lo mismo que se sentía molesto si alguien llegaba fuera de hora a las reuniones. Quizá en toda su vida deportiva, haya sido uno de los primeros en llegar a los  partidos y a las prácticas.

Un par de veces nos encontramos en la tribuna olímpica para observar algunos partidos. Recuerdo que él los vivía muy intensamente, pero más desde el  punto de vista intelectual que el emocional. Observaba todas las circunstancias del juego y las verbalizaba., por ejemplo me decía: “Este jugador tenía que haber hecho tal cosa, no  miró al compañero que estaba mejor colocado” o “Fíjese donde está el back, está totalmente descolocado, y puede terminar en gol la jugada”, etc.

Iba analizando el partido a  medida que transcurría. Y sin duda sus apreciaciones eran todas correctas, y muy pocas veces yo podía decir algo que él ya no hubiera visto.

No concurría a las reuniones de los   campeones del mundo de 1950, era introvertido, reservado, una personalidad difícil, podría decirse. Sin embargo, era muy apreciado por aquellos mismos jugadores y todos  quienes lo conocieron, dado que era una persona muy correcta, muy justa, aunque socialmente siempre tuvo tendencia al aislamiento.

Reflexiones finales.

Estas son las  reflexiones que a 50 años de la fundación de esta querida Institución deseo sean conocidas por las actuales generaciones. Téngase en cuenta que en 50 años de vida muchos hombres han volcado su valeroso aporte, horas y días trabajando incansablemente. Gracias a ellos llegamos a los 50 años con una Institución pujante, que ha cumplido con los  difíciles objetivos que se trazara desde su fundación, constituyéndose en una entidad rectora en materia técnica y futbolística dentro del Futbol Uruguayo. Todo entrenador concurre  a AUDEF a asesorarse en diferente clase de temáticas. Allí siempre encuentra un camino, gracias a la experiencia adquirida a través de los años, por los integrantes de AUDEF.

Hoy no es técnico de fútbol cualquier persona sino alguien con una mínima capacitación para desempeñarse. Hoy los contratos se respetan y el entrenador puede ser un  trabajador digno como cualquier otro. Hoy en todas las divisionales y en el Interior principalmente los aspirantes a entrenadores reciben clases y cursos que los habilitan  técnicamente para ejercer ese cargo. Pero permitamos que sean los actuales dirigentes, los idóneos para que puedan expresar todas las funciones que cumple AUDEF, al día de  hoy.

A mí, personalmente, me cabe felicitar a todos los hombres de antes y de ahora que con gran amplitud de criterio están festejando los 50 años y reconociendo implícitamente  el esfuerzo y la visión acertada de aquellos fundadores. No puedo dejar de recordar a Corazo y a Schiaffino, a Silva Cabrera, a Juancito López amigo entrañable, a Etchegoyen, a Tejera, a Máspoli, y a otros, quefueron además, una escuela de la vida, donde siendo un muchacho de 25 años encontramos siempre la palabra, no de un técnico sino de un padre  ante todo, de una guía de conducta para nuestra vida, porque eran ellos grandes hombres y dejaron su espíritu generoso impregnando toda la actividad de estos 50 años, aunque  hace ya mucho que no están entre nosotros. Y estoy seguro que nos estarán diciendo: “ todavía hay objetivos a conseguir, muchachos”.

Parte de la Crónica escrita por el socio fundador y testigo viviente de los hechos excelentemente relatados por el Entrenador José Picerno.

Fuentes: – Recuerdos y vivencias personales desde la Fundación.

– Primeras  actas de Asamblea General y Sesiones de Directiva Provisoria

– Luis Prats, “La Crónica Celeste”.

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